martes, 10 de noviembre de 2015

REFLEXIONES PARA EL CAMBIO

Hace cincuenta siglos, la humanidad ya sabía mucho más que nuestros antepasados primitivos. Los seres humanos habían descubierto como usar las pieles para vestirse, como tejer la lana, hacer telas. También a cazar y pescar. Como cultivar cereales y hacer pan. Habían aprendido a plantar semillas en terrenos agrestes. Sabían como convertir cuevas y otros refugios naturales en casas. Reproducían estatuas y obras de artes. Extraían minerales de la tierra y lo fundían creando nuevos metales.

Pero no solo eso, buena parte de ese ingenio también lo dedicaron a inventar nuevas formas de matar y torturar a otros seres humanos, y la amenaza del dolor o de la muerte se consideraba la mejor, y a veces la única, formar de gobernar a un gran numero de personas.

En muchas partes del mundo se formaron imperios que gobernarían grandes extensiones de territorios y tendrían millones de súbditos. Pero estos imperios no protegían a sus súbditos contra sus propios dirigentes, que gobernaban a través de la violencia y la astucia, lo que les daba un poder absoluto.

No existía un sólo lugar en el mundo en el que la gente creyera que podía gobernarse a si misma y no se concebía que hubiera una alternativa a dominar o a ser dominado. Una herencia positiva y negativa, en la que se cimentó el mundo y cuya herencia recibimos para lo bueno y para lo malo.

La democracia en el siglo XX, triunfo sobre sus tres principales competidores, el comunismo, el totalitarismo y la teocracia. Pero la democracia debe triunfar también frente a otro tipo de amenazas para satisfacer el deseo universal del ser humano que representa. Estas amenazas son económicas.

En democracia es necesario una distribución más equitativa de la riqueza, de modo que todos tengas lo suficiente para vivir decentemente y una igualdad de oportunidades. La igualdad de oportunidades debería ser el objetivo primordial de las sociedades y de las personas que la componen.

En Europa, se ha creado una civilización que significa un punto culminante en la historia del mundo. Después de dos guerras mundiales que afectaron fundamentalmente a nuestro continente, se crearon una serie de organismos para que sirvieran como un faro de esperanza que fueran imitadas en cualquier rincón del mundo global.

Un mundo en el que las guerras, el éxodo, la corrupción, el desempleo, la falta de respuestas a poblaciones enteras con necesidades básicas, se ha instalado en el día a día de nuestra existencia.

Estamos en el siglo XXI y vemos como los escenarios y las formas se repiten sin que el ser humano sea capaz de llegar a un consenso consigo mismo.

No hay más que abrir un periódico, ver un informativo o entrar en Internet, para que en tiempo real queden grabados en nuestras retinas, los múltiples conflictos que asolan a nuestro planeta.


El más encarnizado, por reciente, aunque se viene arrastrando de siglos pasados y que denominaron guerra santa, es el yihadismo. Una formula de terror implantada en todo el mundo. En Europa también hemos tenido situaciones que han acabado en violencia representada en los separatismos, en las religiones, en el fanatismo de las ideologías. Todo ello exportable dentro y fuera de nuestras fronteras.

Y lo más lamentable de todo ello son los órganos creados para parar esta sangría que se reúnen y deliberan sin llegar nunca a conclusiones resolutivas para acabar con el problema y con el sufrimiento y la desolación de sociedades que son violentadas, pasan hambres y mueren.

Desgraciadamente, la democracia continúa siendo un bien preciado difícil de alcanzar. Es difícil encontrar una democracia que de verdad funcione, principalmente por la falta de información y de desinterés del pueblo, que se amolda a las leyes y termina cediendo sus derechos al grupo político de turno, el cual en su ambición de poder y dinero, deja a un lado sus compromisos con la ciudadanía. Puede que la democracia no sea la forma de gobierno ideal, pero posiblemente podría ser mucho más recomendable si existiera de forma real y no simplemente como una teoría que parece no ponerse en la práctica.

En nuestro país. España. Existe un sistema democrático que dura ya más de 37 años y que no ha sabido corregir los males que la corrompen. El déficit actual de credibilidad de las instituciones, partidos políticos, sindicatos, la judicatura y otros tantos referentes sociales están bajo mínimo como consecuencia entre otros, de la falta de participación de una sociedad que ha perdido el concepto de soberanía, distraída por el protagonismo asfixiante de los partidos políticos que son los que nos gestionan la vida y nos dicen como debemos vivir y como debemos actuar. Una equivocación que estamos pagando como sociedad, la cual, debe tener su propia soberanía y su propio campo de actuación, sin que ello suponga la desaparición de los partidos políticos y si su renuncia de patrimonializar la sociedad, dejándole a esta márgenes suficiente para que pueda actuar como tal.

En este año de 2015, vamos a tener elecciones municipales, autonómicas y generales. Ya hemos tenido las andaluzas que han sido una tomadura de pelo. Apelando al interés de los andaluces, hemos resuelto la vida política a la líder de un partido para reforzar su imagen interna y poder jugar sus cartas de forma doméstica. Andalucía esta condenada con la clase política que le gobierna y con una oposición sin ambición de producir cambios que pongan a nuestra comunidad en los niveles que se merece.

En los meses que al año le quedan, escucharemos lo importante que somos y como nos resolverán la vida sin necesidad de que nos molestemos nosotros mismos en hacerlo. Total, que pierden. Si no cumplen lo que han prometido para que les votemos, buscaran culpables para seguir disfrutando de los privilegios que da el poder a costa del contribuyente. O sea de nosotros.

Porque es indudable que nos han cogido la medida y saben como llevarnos al huerto. Ejemplo de ello es que hay gobiernos y partidos que han dilapidado nuestro potencial económico y siguen como tal y además les seguimos votando como si nada. Este comportamiento de la sociedad debería ser motivo de estudio.

Quiero terminar con las siguientes conclusiones. Creo que no son necesarias revoluciones, ni guerras, ni independencias como algunos apuntan para cambiar las cosas. Solo es necesario que se cumplan las leyes que nos hemos dado y que aquellos que tienen la responsabilidad de gestionar la cosa pública, tengan vergüenza, decencia y espíritu de servicio para con los demás. También nosotros, el pueblo llano que depositamos nuestro voto, lo hagamos de forma inteligente y ambiciosa en la defensa de nuestros intereses.

Nuestra Constitución dice que el pueblo es soberano. No consintamos que esa soberanía sea tutelada y dirigida por otros.

Estas reflexiones manifestadas por mi, son debido a que me repugna que haya listos que siguen pensando que el resto somos tontos.
  

   

viernes, 6 de noviembre de 2015

Poema largo

Cuando leemos un libro
Del mundo y sus relatos
Que a lo largo de los siglos
Nada de ello ha cambiado

Las épocas ya son otras
Los escenarios distintos
Las pasiones y las miserias
Se repiten en los mismos
A lo largo de la historia

Trabajo cuesta aprender
Que los pobres, pobre son
Y a los ricos hay que servir
Los gobiernos han pasado

Y todos han prometido
Que con paciencia se alcanza
El paraíso perdido
No escarmentamos Martín

Que aquello que nos gobiernan
Preocupado solo están
Por resolver sus historias.
Desde Eva y desde Adan
siempre existieron listos
Que saquearon las bolsas
De los tontos consentidos

Cuanto esfuerzo se ha gastado
Por educar a los pueblos
Que han preferido seguir
Ausentes y no formados

Y es que aquello de pensar
Es tarea de unos pocos
Ya que al resto se le ha dicho
Que su mundo es de otro reino

Martín, que como te digo
El engaño es permanente
La derecha nos explota
Y la izquierda nos somete

Donde queda el ser humano
A la hora del reparto
Somos números sin nombres
Somos números en rojo

No contamos ya Martín
Somos valor caducado
Tramoya para teatro
Invisibles para el acto

Ahora la moda nos trae
Otras formas de gobierno
Populistas sin recato
Para que el pueblo decida

Ahora nos dan a elegir
A cuál de ellos, votamos
Si seguimos como estamos
O damos el salto y cambiamos

Las calenturas son fiebres
Y las fiebres son delirios
Espejismos pasajeros
Para no abordar los hechos

Distinto Martín sería
Que la cultura llegara
Y los hombres opinaran
Con razón y fundamento

Harto estamos de feriantes
De que nos vendan la nada
De caminos que regresan
Al lugar que ya conoces

Son los mismos, los de siempre
Los que envuelven y convencen
Se aprovechan del enfado
De los pueblos y de su gente

Si te interesa Martín
Te traslado mi opinión
Si se me da a elegir
Optare por la abstención





España

La España
de los odios y rencores.
De modelos que se enfrentan
y que llevan a la muerte.

Nuestra historia es sombría.
De gobiernos y de reyes.
De dictaduras impuestas
y de guerras no resueltas.

Los campos que cosechaban
se llenaron de miserias.
Las almas ya no descansan.
Están clamando venganza.

Los atrasos y la cultura,
en un tiempo se impusieron.
Aquellos que ya mandaban
sobre la gente del pueblo.

No sabían ni escribir.
Y a sus trabajos penosos
quisieron ponerles fin
por el camino más cortó.

Las ideas contra el clero.
La ignorancia contra el amo.
La injusticia y el abuso
fue el comienzo del espanto.

Y a la obra se pusieron
Para imponerse a los otros.
Y los listos no cayeron,
fueron cayendo los tontos.

Los cielos se ennegrecieron
de aviones y de fuego.
Las balas se iban cruzando
hasta llegar a los cuerpos

Que de españoles perdimos.
Y no eran todos de un bando.
Se enfrentaron los hermanos
y se marcharon los primos

Los padres fueron muriendo,
las familias estaban rotas.

Las madres lloraban solas
en las tapias y cunetas.

Las fronteras se inundaron
de ciudadanos perdidos
Se agolpaban en veredas
iniciaban su camino.

Cuarenta años duró
la broma de la post-guerra.
El caudillo murió,
y nunca rindió las cuentas.

De aquella España aprendimos
que las guerras no son buenas,
Y del pasado al presente
Libertad que es cosa buena.

Democracia y monarquía
Parlamento y Senado
Partidos mayoritarios
Todos somos soberanos

Tenemos constitución
Y Leyes de convivencia
Partidos que se presentan
Pá que la gente les vote

Los sindicatos defienden
Lo que el trabajo les pide
Los hombres y las mujeres
Ya se afilian libremente

Pero esta España de Ortega
Nunca acaba satisfecha
Se han cansado del sistema
Y quieren cambiar las reglas

Esta España invertebrada
Que ya Ortega anunciaba
El problema era España
Y Europa la que arreglaba

Es verdad que hay culpables
De aprovecharse de ella
No han sabido valorar
Y se han llevados las pelas

Cogidos con el carrito
Ellos dicen que no han sido
que pasaban por allí
sin llenarse los bolsillos

Vinieron a dar servicios
Pero pronto se cansaron
Algunos entraron pobres
Y otros salieron ricos

La ciudadanía esta rota,
desorientada y dispersa
Han salido otros gallos
Para animar la pelea

Que podemos esperar
De aquellos que representan
la voluntad popular
Que la convierten en propia

Nos enfrentamos de nuevo
A situaciones incierta
La derecha y la izquierda
Ya no sabe no contesta

Los jóvenes ya no se sienten
Parte de este sistema
Quieren cambiarlo todo
Porque no tienen respuestas


La emigración ha subido
Nuestras cabezas pensantes
Ofrecen su potencial
Al postor que mejor pague

Que carajo esta pasando
Para no ver lo que pasa
Que se nos cae el sombrao
Y nos quedamos sin nada

Pa que sirven los encuentros
Que nos enseña la tele
Tanta gente reunida
Pa que no sirva de nada

La paciencia se ha acabado
Y la gente ya no aguanta
Lo malo de todo ello
Es que volvamo al pasado

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