Qué suerte tiene el sol, que te despierta
con sus besos de luz por la mañana
haciéndolo a través de tu ventana,
que suele estar de par en par abierta.
Los dirige a tu boca y siempre acierta
dejándolos en esos labios grana,
en donde la ambrosía a chorros mana
y allí con sumo gusto los inserta.
Si pudiera eso mismo realizar
lo haría con placer y sin parar
incluso hasta llegar a la locura,
siendo así el más feliz de los mortales
al no haber en el mundo dos iguales,
por su belleza y singular dulzura.
Siete versos
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El sol asoma lento en la mañana,
las hojas bailan con suave brisa,
el río cuenta secretos del alma,
el aroma del café invita a la risa,
una nube se ...
Hace 1 mes.




